lunes, 20 de noviembre de 2017

Psicólogos de barra

Un psicólogo no es un consejero

A menudo las personas con las que trato me cuentan cosas de las terapias que hacen con otros psicólogos. Yo escucho e intento no influir con mis comentarios, pues considero que cada psicólogo hace la terapia a su manera y no se debe influir en la forma, pero en ocasiones me tengo que morder la lengua.

No sé cuantas veces he oído cosas como:
-Mi psicólogo me ha dicho que tengo que encontrar trabajo.
-Mi psicólogo me ha recomendado que deje mi actual relación.
-Mi psicólogo me ha ordenado que siga preparando oposiciones.

En esas ocasiones cuesta no replicar a esas frases. Siempre me queda la esperanza de que la persona no me esté contando exactamente la conversación o que haya interpretado mal las palabras del psicólogo.
Pero me temo que en muchos casos realmente el psicólogo se ha creído con derecho a decirle a alguien cómo vivir su vida.
A eso le llamo "psicólogos de bar", porque es lo mismo que te diría un amigo en un bar detrás de una caña.


En ocasiones los psicólogos podemos actuar como coach (qué poco me gusta ese anglicismo, ¿por qué no podemos decir entrenador, que es lo que realmente significa, y entenderíamos mejor sus funciones?), pero hacerlo tampoco es dar consejos de bar: es planificar con una persona un objetivo y ayudarle a establecer metas intermedias y adquisición de recursos para conseguirlo.
Pero si un psicólogo acaba actuando solo como entrenador está desperdiciando lo que realmente puede aportar a su cliente.

El psicólogo debería -atendiendo siempre a la demanda terapéutica del cliente- enseñarle a entenderse y ayudarle a eliminar los condicionales que le impiden avanzar en la vida para que pueda tomar sus propias decisiones por sí mismo.

Si sientes que tu psicólogo te planifica tu vida: confróntalo, ya que no pagas para eso.


No hay comentarios:

Publicar un comentario